lunes, 18 de noviembre de 2013

Proyecto AZAR-1. Capítulo II

Hace algunos años atrás, mientras estudiaba en la universidad, y a raíz justamente de un encargo en el Taller de Diseño (arquitectura, año 2000), desarrolle un estudio y proyecto alrededor de la Teoría Fractal, teniendo como base distintos libros y artículos relacionados con estas figuras matemáticas que, como es sabido y en palabras simples, corresponden a modelos numéricos (iteraciones o sucesivas repeticiones) que al ser llevados al campo gráfico o visual, logran aproximarse y representar situaciones o fenómenos que suceden en la naturaleza, las interacciones sociales, los movimientos bursátiles, etc, y que en apariencia podrían entenderse como "azarosos" o de una complejidad abrumante, al punto de no poder entenderlos por la simple observación.
Sobre este pequeño estudio fue posible entender que existe la posibilidad de que todo, a pesar de lo azaroso, complejo o hasta irracional que puedan parecer las cosas o la realidad misma, todo se funda sobre el hecho de que existe una red subyacente, invisible, extremadamente simple en cada uno de los movimientos del universo y sus componentes que, al interactuar unos con otros, y repetirse de manera sucesiva, le otorgan el carácter orgánico (no artificial) y azaroso al mismo universo y la realidad.
En las mismas fechas llego a mi el libro "El Árbol del Conocimiento" de Varela y Maturana, donde se plantea la idea de la biología del amor, conceptos como la autopoiesis, etc., de donde fue posible rescatar que la vida es un hecho biológico inevitable, donde la vida se soporta a si misma, autogenerándose. 
Por ello y a la luz de las ideas que se dejaban "en la mesa", la siguiente pregunta fue ¿será posible que la vida, soportada sobre una estructura física FINITA, biológicamente condicionada por el medio en donde se desenvuelve, pueda desarrollarse sobre acciones y reacciones previsibles? ¿Será posible que cada movimiento en el universo, por muy complejo que pueda resultar o ser entendido, se base sobre una combinatoria numérica, cuántica, tal que independiente de la cantidad de información que se posea, sea posible desmembrar hasta encontrar y visualizar su ecuación general más sencilla?
¿Será el azar simplemente el reflejo de esta complejidad combinatoria?
De ser así, bajo este supuesto, el "azar" qe podría regir el universo podría expresarse en distintas escalas, tal como un Fractal. 
Quizás el movimiento de las galaxias se encuentra en la espuma del café que tomamos en la mañana al revolverlo; quizás los encuentros "casuales" con personas a lo largo de nuestra vida, se puedan relacionar con el movimiento del mercado bursátil a nivel mundial. 
¿Y porque no? Quizás un puñado de cartas, con símbolos y colores predeterminados pueda entrever como se refleja el futuro o pasado inmediato de una persona, entendido como una serie de eventos posibles sobre un tapete cuadriculado por los mismo componentes que le dan sentido a la vida...

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